jueves, 9 de diciembre de 2010

Contra las recompensas para criminalizar a los jóvenes

El pasado Primero de Mayo, uno de los más masivos de los últimos años, al final de la movilización en Bogotá hubo enfrentamientos entre jóvenes y la policía que dejaron 8 policías y 2 manifestantes heridos, así como 80 detenidos. Igual que el 11 de marzo cuando Bush pasó revista a su lugarteniente Uribe en Bogotá, los enfrentamientos con manifestantes fueron la excusa para un safari policial por las calles del centro de Bogotá.
Esta vez el asesino ESMAD luego de disolver con gases y bolillo lo que quedaba de la marcha del Primero de Mayo se dedicó a perseguir a todo joven que tuviera encima alguna prenda roja o negra, o que su peinado fuera algo mas largo, parado o rapado de lo “normal”.
En las calles y hasta en los buses de servicio público los policías se dedicaron a cazar a la juventud, participante o no de la marcha del Primero de Mayo.
La represión detonó de nuevo la ira de la juventud que se ha dado cuenta que no tiene futuro bajo el capitalismo, y que vive diariamente en las calles, en los colegios y las universidades las agresiones y la discriminación policial. Esta es la juventud que descarga su odio cuando puede hacia los símbolos del capitalismo, las vitrinas, el comercio y la policía.
No podemos olvidar que fue el mismo ESMAD quien hace dos años asesinó a golpes al joven Nicolás Neira quien participaba con uno de los grupos juveniles de la marcha del primero de mayo.
Ahora se ha desatado una cruzada contra la juventud. Por los medios masivos de comunicación desfilaron desde el presidente de la CGT Julio Roberto Gómez, dirigentes del PDA, periodistas y la Policía señalando como vándalos, desadaptados e infiltrados a los jóvenes que enfrentan la violencia estatal.
Al mismo tiempo que se persigue a la juventud, a los paramilitares que han asesinado y descuartizado a miles de personas, se les premia con privilegios y con la impunidad.
Pero lo más grave es que el Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Daniel Castiblanco (untado ya por el paramilitarismo) está ofreciendo recompensas de hasta un millón de pesos por los dirigentes de lo que él llama grupos “Anti-imperialistas”, que dice haber identificado con el método fascista de filmaciones a las manifestaciones.
El poner precio a las cabezas de militantes y dirigentes de grupos políticos o culturales de la juventud, es también una grave amenaza contra las organizaciones de izquierda y las luchas obreras y populares que se salgan de la oposición  “civilista” que le ha impuesto la dirección del PDA al conjunto de la población explotada, oprimida y reprimida por el régimen semifascista de Álvaro Uribe Vélez.
Estas medidas, al igual que la nueva ley de infancia o las políticas de juventud del alcalde Garzón, lo que buscan es golpear el avance del descontento entre la juventud, su creciente concientización y participación en las luchas de los explotados. El objetivo de la burguesía es evitar explosiones juveniles como las de los inmigrantes y estudiantes en Francia o la de los estudiantes secundarios en chile, que han puesto en jaque al gobierno de derecha de Jaques Chirac como a la socialdemócrata Michelle Bachelet.
El PST rechaza estas medidas represivas avaladas por el jefe político de la policía de Bogotá, el alcalde Garzón, contra la juventud y la persecución a sus expresiones culturales y políticas antiimperialistas. Igualmente rechaza las posiciones reaccionarias de los altos dirigentes sindicales que buscan acallar la rebeldía y la energía revolucionaria de la juventud.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones de izquierda, a los sindicatos, las organizaciones de derechos humanos y a las expresiones políticas y culturales de la juventud a impulsar una campaña de rechazo contra la represión y las recompensas contra la juventud.

Tomado de "El Socialista"

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